Buenas Prácticas: Prever el futuro
15 . Prever el futuro: Organizar una tercera edad segura en lo espiritual y material
¿Cómo te ves en diez o veinte años? ¿Cómo te gustaría estar en diez o veinte años?
En el futuro está la vejez y es necesario “planificarla”, o sea hacer las previsiones necesarias para que también pueda ser un período feliz.
Es verdad que si llevás adelante las buenas prácticas antes de la vejez, es muy probable que esta te encuentre en buen estado y con una rutina confortable, que puede incluir dedicarte a escribir(*33) o al menos a leer libros que te apasionen.(*34)
Sin embargo, el planeamiento del futuro es imprescindible al menos en tres niveles.
En primer lugar, el nivel de la seguridad económica: debes contar con algún ingreso o renta mensual asegurada(*35) que eventualmente alguien te pueda administrar(*36) o tener el compromiso de tus familiares de que pagarán tus gastos de alimento, salud y vivienda.
En segundo término, debes definir a las personas, familiares(*37) o profesionales, que te van a cuidar cuando no puedas manejarte por vos mismo, así como el lugar donde vas a vivir cuando no puedas vivir solo.(*38)
En tercer término, debes dejar organizados los temas patrimoniales(*39) y espirituales(*40) para el día que ya no estés en este mundo. Esto evitará conflictos entre las personas que amas y te dará la tranquilidad de haber asegurado la paz familiar.
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(*33)Fórmula de Marc Augé: Los intelectuales nunca están definitivamente jubilados si conservan la actividad intelectual. (*34) La lectura nos permite ser eternos hacia el pasado (Humberto Eco).
(*35)Una jubilación, una pensión, derechos intelectuales, dividendos societarios, seguros, rentas del alquiler de algún inmueble o de inversiones financieras. También pueden provenir de un fideicomiso de administración o de otros contratos.
(*36)Es importante definir un administrador, sea un pariente, un amigo o un profesional.
(*37)Tu cónyuge, tu pareja, tus hijos, etcétera.
(*38)Puede ser en tu propia casa con ayuda externa, en la casa de un familiar o en un lugar adecuado para una vejez feliz (recordar la película Cocoon).
(*39)Mediante un testamento con cláusulas específicas, un fideicomiso de protección de menores o personas con discapacidad, o un pacto de herencia futura que sea consensuado con tus herederos de modo de que queden claros tu voluntad y tus deseos para evitar futuros conflictos. También podés hacer un “testamento para la propia incapacidad” para el caso de alguna enfermedad que perjudique tu lucidez, dejando las instrucciones respectivas.
(*40)Podés programar tu ceremonia de despedida, oraciones o agradecimientos y demás cuestiones conexas.
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