¡Buenos días, Cuarentena!
Hoy queremos hacerte una confesión.
Siempre te consideramos un sacrificio, una molestia, un mal, aún cuando mal menor frente a los riesgos de contagio, enfermedad y quizás muerte.
Muchas veces te insultamos y maldecimos porque sentimos que nos estabas privando de muchas cosas de la vida y, sobre todo, por ser un tiempo perdido, un tiempo irrecuperable. Es más, alguna vez llegamos a odiarte
Pero hoy, cuando ya pasaron más de cuarenta días de encierro, miramos atrás y nos damos cuenta de algo muy importante.
¡Tenés la capacidad de hacer visible lo invisible! ¡De permitirnos ver cosas que antes no veíamos y, especialmente, de poder apreciarlas!
Fijate:
-Descubrimos un mundo digital que va mucho más allá del que antes utilizábamos y que hoy podemos usar para ver las caras de los que están lejos y para conocer, disfrutar y aprender muchas cosas. Para entretenernos y también para seguir trabajando, estudiando, enseñando.
--Descubrimos el valor de muchas cosas que antes considerábamos insignificantes y a las que ahora valoramos, extrañamos y queremos volver, como la simpleza de caminar por la calle o de sentarnos en un bar a tomar un café.
-Descubrimos a nuestros vecinos, a los de la casa de al lado o de enfrente, a los del departamento de abajo o de arriba. Antes los evitábamos o criticábamos. Ahora estamos atentos a ellos, tratamos de ayudarnos, cantamos juntos, celebramos cumpleaños y nos pasamos la torta.
--Descubrimos la importancia del contacto físico. De poder tocar, dar la mano, abrazar o besar a otras personas y en particular a los seres queridos.
-Descubrimos más profundamente cómo son los otros habitantes de nuestra casa, las personas con quienes ahora convivimos las 24 horas: nuestra pareja, hijos, familiares y/o acompañantes. Tal vez en algún momento nos alejamos y en otro nos acercamos pero en definitiva aprendemos nuevas formas de convivir y de amar. O, si vivimos solos, quizás nos descubrimos a nosotros mismos sin el antifaz de los roles sociales.
-Descubrimos que el sentido de la vida puede estar fuera del trabajo. Que hay muchas cosas por hacer y por las cuales vivir y que el mundo puede ser mucho más grande que nuestra ocupación.
-Descubrimos al tiempo, a ese período que pasa entre que nos levantamos y nos acostamos. A ese espacio que quedó liberado de una agenda con compromisos, de una rutina armada con los años. Ahora el tiempo nos interroga ¿Qué hacer con él? ¿Hay que entretenerlo, hay que matarlo, hay que aprovecharlo?. ¿Y en qué consiste aprovechar el tiempo?
-Descubrimos nuestra propia vulnerabilidad, que nuestro destino depende de circunstancias que no podemos controlar. Ese riesgo de enfermedad y de muerte nos interroga sobre el sentido de la vida y su destino.
-En lo social, también descubrimos:
- que hay mucha gente que no tiene hogar, o que vive hacinada o que si no sale de su casa a trabajar no tiene para comer,
-que los sistemas de salud pública no están desarrollados como deberían,
-que la vida humana vale más que el crecimiento de la economía,
y que todos los seres humanos que habitamos el planeta estamos hermanados por un destino común y debemos trabajar juntos para construirlo.
Por todo esto, hoy te agradecemos y saludamos.
¡Buenos días Cuarentena!.
P.D.: Podés encontrar otras frases, cuentos, crónicas y relatos de viajes en este mismo blog
Es verdad, esta cuarentena modifico la vision que teniamos...en definitiva siempre algo malo podemos sacar algo positivo!!
ResponderEliminarEs así. como dicen los orientales. Muchas gracias.
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