Eduardo Favier Dubois

Es de noche, cruzo la calle y siento en la espalda que un auto me está atropellando: me sube y me acuesta sobre su capó. En seguida el auto frena y yo caigo al pavimento hacia adelante sobre mis manos y piernas, como si fuera un gato. Me pongo de pie muy rápido. Estoy en el cruce de 9 de julio con Tucumán, a dos cuadras del Obelisco y ahora miro al auto blanco que me atropelló. Estoy aturdido, shockeado y no entiendo nada. Es miércoles y acabo de salir del programa de Radio que tenemos siempre de 19 a 20 hs. y despedido de Marcelo y de Federico. Habíamos caminado y charlado con Oscar un par de cuadras hasta la esquina de Tucumán y Carlos Pellegrini. Allí crucé por Tucumán hacia la esquina del Teatro Colón y en la plazoleta del Metrobús vi a Felicitas hablando por teléfono y la saludé. Estaba caminando por la senda peatonal y mirando a unos muchachitos en la esquina de Tucumán y Cerrito que conversaban, se movían y se reían. Entonces fue que ocurrió el atropello. Ahora sigo aturdido

  -Esta noche van a tomar los baños termales totalmente desnudos, hombres y mujeres cada uno por su lado, dice Koyko -¿No podemos usar malla?, pregunto -No se puede, es contrario a la tradición y no lo dejarán entrar. -Caramba! ---------------- Después de visitar Kioto nos vamos por tren a Kanazawa en un viaje de dos horas. Al llegar nos reciben dos nuevas guías turísticas en español. La principal se llama Kioko y la ayudante se llama Yoko. En el viaje vemos por las ventanillas que está todo nevado. 1.-EL JARDIN JAPONÉS NEVADO.  Al llegar a Kanazawa nos suben a un bus y vamos a visitar a uno de los mas antiguos jardines japoneses del Japón. Bajamos del bus y nos ponemos a caminar. Por suerte hay sol y la nieve luce muy linda. Estamos en el Jardin Kenrokuen de la familia Maeda que era un jefe de samurais y data del siglo XVII. En el mismo existe la primera fuente del Japón, nos dice Kioko.  En invierno sobresale el manto de nieve, que contrasta con el verde. Hay una estatua de una deida