Sol de Otoño

Salida a Navarro

Amanece en el campo, muy cerca de la estancia del trágico fusilamiento.

El sol va iluminando el techo de un gran galpón, hoy transformado en confortable alojamiento.

Adentro, un grupo de hombres maduros todavía duerme. Algunos roncan.

Afuera, las vacas lecheras están despiertas y mugen.

¡Mugidos y ronquidos se ensamblan como un canto al día que comienza!

Todos los viajeros están soñando lo mismo:

Sueñan que salen de sus hogares por dos días dejando atrás sus ocupaciones y compromisos habituales.

-que llegan a una vivienda en el medio del campo, rodeados de soledad, donde contemplan la naturaleza.

-que son niños jugando en un día de sol sobre una alfombra verde golpeando una pelota blanca.

-que son muchachos riendo y conversando sobre sus aventuras, amores y proyectos.

-que son turistas recorriendo un acogedor pueblo pampeano y disfrutando su historia, su laguna y sus esculturas.

-que son compañeros discutiendo de todo salvo política, economía y religión.
-que son adultos dialogando sobre sus propias experiencias y sueños.

-que son sibaritas escuchando música, comiendo asado y tomando vino.

Ahora ya todos se despertaron y es la mañana de su último día de golf.

Suben sus bolsos a los autos y están listos para salir hacia el pueblo.

Miran el gran galpón por última vez y se miran unos a otros.

Miran al sol que los alumbra de costado y casi los encandila.

Sienten su tibieza en el rostro.

Sonríen.
¡Saben que, mientras mantengan el calor de su amistad, ese sol de Otoño los seguirá iluminando!





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