Llegando a Jerusalén, una ciudad inabarcable





Una ciudad para tres religiones

"Síganme por favor”, nos dice en inglés un muchacho israelí en el aeropuerto “Ben Gurión” de Tel Aviv, mientras enrolla la cartulina donde figuran escritos nuestros nombres.
Sin que tengamos que hacer fila, nos pone delante de una ventanilla de migraciones donde una joven muy seria nos hace unas rápidas preguntas en inglés que contestamos con cierta dificultad. Luego nos extiende unas tarjetas conteniendo las visas turísticas sin sellarnos el pasaporte. Se trata de una estrategia local ante la negativa de algunos países musulmanes de recibir a turistas que hubieran estado aquí.

En pocos minutos ya estamos camino a Jerusalén en una moderna camioneta, mientras pensamos en la suerte que tuvimos de que nos dieran, seguramente por gestión de la agencia de viajes, un tratamiento VIP en migraciones. Conocemos muchos casos de personas que fueron demoradas, interrogadas por largo rato y/o a las que se les revisaron a fondo todo tipo de efectos personales al entrar al país.

Después de menos de una hora llegamos a Jerusalén, cuya entrada está marcada por un hermoso puente de Calatrava que asemeja un arpa. La ciudad está entre colinas, con permanentes subidas y bajadas. Hay unos cuantos túneles en la montaña donde el tráfico circula rápido. Todos los edificios, tanto los antiguos como los modernos, están revestidos de piedra caliza, lo que crea un ambiente histórico que inspira solemnidad. Nos cuenta el chofer que se trata de una ley que viene de la época Otomana, y mantenida hasta el presente, destinada a preservar el trabajo en las canteras locales.

Llegamos a nuestro hotel, en el barrio de “Mamilla”, dejamos las cosas y nos vamos hacia la Ciudad Vieja que está a muy pocas cuadras, caminando por un shopping a cielo abierto. Nos llama la atención la cantidad de objetos de arte en el calle.


 


En seguida empezamos a contemplar las murallas, de donde sobresalen torres y cruces. Al entrar por la puerta de Jaffa la visión es magnífica y nos sentimos trasladados al pasado. La ciudadela es medieval y está llena de gente de todo el mundo que camina con entusiasmo. Hay importantes espacios abiertos con imponentes palmeras, frente a grandes edificios y templos. También largas y estrechas callejuelas orientales, llenas de negocios que venden toda clase de mercancías. Los vendedores ofrecen sus productos pero, curiosamente, no acosan a los transeúntes y los pocos mendigos son respetuosos. Se ven personas, vestimentas, banderas y símbolos de distintas etnias y credos.


Hoy, como es nuestro día de llegada, tenemos la tarde libre, sin excursiones programadas. El destino nos hace entrar a un hermoso castillo medieval, el Palacio de David, donde sacamos tickets para una visita guiada por un aparato de audio en español. El recorrido comprende los diversos espacios del palacio: salones, terrazas, jardines, etc. En cada uno hay distintas paradas en un recorrido que cubre toda la historia de la ciudad de Jerusalén. En una terraza hay tragos libres y en una de las torres hay música en vivo: un saxofonista toca “Alfonsina y el Mar” ¡Mejor imposible para empezar nuestra estadía!



Al hacer el recorrido nos enteramos que se trata de un palacio construido por Herodes, reformado por los cruzados y terminado por Saladino. En la visita audio-guiada vamos recorriendo tres mil años de historia de Jerusalén, desde su conquista por el rey David hasta el actual Estado de Israel. Vemos entonces las diversas dominaciones sobre la Ciudad: la judía, la babilónica, la persa, la griega, la romana, la bizantina, la árabe, los 100 años de los cruzados, la reconquista por Saladino, la Mameluca, el imperio Otomano, el protectorado inglés, la ONU y, después de la guerra de 1967, el Estado de Israel. 
Nos enteramos porqué Jerusalén es un lugar sagrado para las tres grandes religiones monoteístas. Para los judíos, porque aquí está la roca donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac y aquí estuvieron los dos templos sagrados construídos sobre la roca, el de Salomón y el de Herodes, destruídos por babilonios y romanos respectivamente. De ellos solo queda el Muro de los Lamentos. Para los cristianos, porque es el lugar donde Jesús pasó los últimos días, su entrada triunfal, la última cena, su pasión, muerte y resurrección, e incluso, el lugar de la posterior ascensión a los cielos. Para los musulmanes, porque hasta la misma roca de Abraham llegó Mahoma en su viaje desde la Meca, y desde esa roca se elevó a los cielos. Desde la conquista árabe está en ese lugar, protegiendo a la roca sagrada, un edificio de cúpula dorada denominado “el Domo de  la Roca”, quizás el mayor de los símbolos de Jerusalén.

Ahora es de noche y nos encontramos en el restaurante de la terraza del hotel, después de cenar carne “kosher”. La noche es muy transparente y tenemos una linda vista de la Ciudad Antigua iluminada mientras escuchamos música latina. Fijate:https://www.instagram.com/p/B0Pu_QRgInE/?igshid=ljtz4o3wg3yo





“El antisemitismo se origina en que se acusa a los judíos de haber matado a Jesús”, nos dice Adolfo, un argentino de orígen judío de 85 años que vive en Israel. . Nos cuenta que nació en Colonia Montefiore, Santa Fe, una colonia judía en Argentina de las organizadas por el Barón Hirsch. Estudió de abogado en la Universidad de Córdoba y en el año 1966 se vino para Israel, donde convirtió su nombre al hebreo. Aquí fue contratado por el Gobierno para trabajar en la parte legal de una oficina de control de entes estatales. Hace un tiempo se jubiló, vive en un pequeño pueblo y está muy feliz. Se siente en la “tierra prometida”. Al despedirse nos confiesa “A los judíos nos hicieron fuertes los árabes”. La frase nos deja reflexionando
.

Más tarde, luego de dar una vuelta, nos vamos a dormir. Estamos cansados pero no podemos dejar de pensar que Jerusalén, con sus historias, culturas y religiones, es una ciudad única, extraordinaria y que parece inabarcable. ¡Un gran desafío para un viajero con sed de conocer!









P.D.:1/5: Podés encontrar los otros relatos del mismo viaje, otros viajes, cuentos, reflexiones y crónicas en este mismo blog:.

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