¿A qué edad hay que mandar a jubilar a los profesores universitarios?
Mayores de 70 años expulsados de las aulas
En Alemania, cuando Otto
von Bismark creó el sistema jubilatorio en 1881, la esperanza de vida promedio
era de menos de 40 años y la edad jubilatoria se fijó en 70 años.
Con los avances de la
salubridad, la alimentación, la medicina y la tecnología, la esperanza de vida
en el mundo se duplicó en los últimos 100 años.
En Argentina, la esperanza
de vida llegó a un récord cuando en 2016 se determinó que Secundina Virginia
Moyano, de 110, años era la persona más longeva de nuestro país. El promedio de
vida es hoy de 80,44 años para las mujeres y de 72,06 para los varones, llegando
en ciertas zonas a un promedio de 85 años para las mujeres y 77 para los
hombres.
Si bien las edades
jubilatorias se mantienen como un derecho a partir de los 65 años para los hombres
y de los 60 para las mujeres (ley 24.241), lo cierto es que, al momento de
cumplir los 70 años, y si se tienen las demás condiciones, ambos pueden ser
obligados por el empleador a jubilarse aún contra su voluntad (art. 252 LCT
conf. Ley 27.426).
Ahora bien, en el caso de
los profesores universitarios la situación de retiro es similar.
Es cierto que a partir de
la ley 26.508 y las Resoluciones 2067/11 y 4393/12 del Consejo Superior de la
UBA se logró que, en lugar de cesar a los 65 años como marca el art. 51 del
Estatuto Universitario, pudieran optar por seguir hasta los 70 años.
Sin embargo, considerando las
tareas intelectuales de los profesores, dicha reglamentación sigue siendo un
enorme despropósito: se los expulsa de la universidad a los 70 años cuando a esa edad se encuentran en la mayor plenitud
de conocimientos y capacidades, y mantienen su vocación para seguir enseñando.
Adviértase que es un
sistema en el que todos pierden:
Pierden los alumnos, porque
los profesores mayores son reemplazados por profesores jóvenes, con entusiasmo
pero sin sus conocimientos, experiencias, valores y sabidurías.
Pierden los profesores,
porque la jubilación forzosa los priva de un propósito de vida, de la
consideración social, de su grupo de pertenencia y de la posibilidad de seguir generando
y aportando ideas y valores.
Pierde la enseñanza pública
porque, en muchos casos, los que son expulsados de las universidades públicas
con acogidos por las universidades privadas, produciéndose una suerte de fuga forzada de cerebros.
También pierde el
presupuesto del Estado, ya que tendrá que hacer frente al sueldo del nuevo
profesor al mismo tiempo que al haber del docente jubilado.
Finalmente, pierde la
sociedad toda porque el encuentro y el diálogo intergeneracional que se producen
en la universidad, entre los profesores (“seniors” y “baby boomers”) y los
alumnos (“millenials” y “centenials”), es uno de los pilares del equilibrio
entre los valores de la modernidad y de la posmodernidad, eje de una sana convivencia
social.
Paralelamente, vemos que
existen otras profesiones en las cuales la ley reconoce capacidades
intelectuales luego de los 65 o 70 años y autoriza a los interesados a permanecer
en sus cargos por lo menos hasta los 75 años, como es el caso de los jueces
(art. 99 inc. 4° Constitución Nacional) y de los obispos (ley 21.540).
Se advierte entonces que
las normas cuestionadas, además de las pérdidas señaladas, implican una suerte
de “viejismo” o “edadismo”, vale decir, una discriminación fundada
exclusivamente en la edad, lo que está expresamente prohibido por la Convención
Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas
Mayores, aprobada por la O.E.A. en 2015, ratificada por Argentina en 2017, por
ley 27.360, promulgada por Dec. 375/2017.
Por todo ello, consideramos
que es el momento de que se modifique las normas que obligan a los profesores universitarios
a cesar a los 70 años sin atender su voluntad, elevándose la opción para seguir
enseñando hasta los 75 años.
Comparto totalmente el contenido del arte.Solo resta impulsar las acciones para modificar la edad jubilatorio en por lo menos la UBA.Roberto Evangelista
ResponderEliminarCoincido plenamente Roberto. Muchas gracias.
EliminarMi muy querido Eduardo, siempre activo, siempre lúcido. En primer lugar, gracias por el "posteo" que comparto en general y propongo alguna alternativa de relectura, la puntualizo: a) El sistema educativo está crónicamente desfinanciado, entonces no hay cargos y por tanto, la permanencia del docente en el cargo provoca un efecto "tapón" respecto de los docentes más jóvenes que vienen ascendiendo en la carrera académica, allí veo un déficit a corregir; b) La brecha generacional entre docentes y alumnos es cada vez más profunda y los estudiantes, sujetos beneficiarios del sistema corren el riesgo de estar tratando con alguien que no les pueda comprender las necesidades y muchas veces las urgencias; c) Ahora caigo en una afirmación absolutamente arbitraria, los docentes septuagenarios no siempre son útiles en el aula, los buenos, son la excepción. No porque sí el régimen jubilatorio de los docentes primarios adelanta la edad jubilatoria; d) Siempre en esa línea mociono que aquellos que quisieren seguir vinculados a la vida académica, tengan la opción de investigar, dirigir proyectos y trabajar en áreas donde su experiencia sea aprovechada al máximo, en suma no limitar la mirada al aula, sino al territorio mucho más amplio que comprenda todas las áreas de la Educación e Investigación. Gracias por esta excelente iniciativa y espero sirva este discreto aporte. Juan Pablo Orquera.
ResponderEliminarGracias Juan Pablo por tus opiniones divergentes que ayudan al debate. Solo diré que no se trata de un tapón sino de extender la carrera docente en beneficio de todes. Abrazo.
EliminarESTIMADO:
ResponderEliminarTENGO HASTA EL DIA DE LA FECHA LA DIGNIDAD DE SEUIR DANDO DOCENCIA UNIVERSITARIA CON 77 AÑOS.POR LO QUE VEO SOY PREVILIGEADA,CON 30 AÑOS EN FUNCIONES.ESTE AÑO YA ME ESTAN HECHANDO,ME DUELE,PERO COMPRENDO QUE HAY QUE DAR ESPACION A LOS JOVENES.A QUE HACE DOCENCIA DIFICIL LO PONGAS EN OTRA AREA DOCENTE,SOY TAMBIEN TUTORA DE ESTUDIANTES FUNCION MARAVILLOSA QUE POR LA FORMACION QUE TENGO Y ESTAR VIGIL,ES LA TAREA DENTRO DE UNA UNIVERSIDAD QUE LOS QUE PASAMOS LA EDAD,QUIERAN Y LO DEJEN SERIA MARAVILLOSO.
SALUDOS
DORA ALMEIDA.-
Muchas gracias Dora por tu testimonio y debemos seguir sobre el tema.
EliminarComparto el contenido la experiencia y la sabiduría adquirida es lo mas importante y lo que se transmite a las generaciones futuras. Mi amigo de 91 es medico y cada mañana me envía un ms a las 7hr A los libros! Gracias a el me anime a rendir mi primer materia . Ellos son una guía!! un ejemplo, un estimulo .Comparto!
ResponderEliminarUn gran ejemplo. Muchas gracias.
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