Buenas Prácticas: Practicar el buen humor



3 . Practicar el buen humor: Evitar las quejas y enfrentar las dificultades desde lo positivo


Está comprobado que el buen humor es sanador del cuerpo y del alma y que es malo quejarse.

Decía Cicerón cuando cumplió 84 años que to­dos queremos llegar a cumplir más de 60 y, luego que los cumplimos, nos quejamos de tenerlos. Los lamentos vienen generalmente de los prejuicios que nacen de la costumbre de quejarse por la edad.(*7) Hay mil motivos para enojarnos y quejarnos y uno solo para el buen humor: nuestra voluntad de ser felices.
Podemos elegir entre ser quejosos y malhumo­rados o practicar el buen humor como un hábito cotidiano en nuestras relaciones sociales y con nosotros mismos.

Recordemos aquella sección de la Revista del “Reader’s Digest”: “La risa remedio infalible”.

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(*7) CiCerón: ob. cit., p. 112.

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