Estambul, un puente entre Oriente y Occidente (3/3).



1.-Estamos en nuestro tercer y último día de paseo por Estambul en el invierno europeo. Quedaron atrás nuestros recorridos por el mundo bizantino y por el mundo otomano, propios del pasado.

Hoy vamos a salir a caminar para conocer cómo es realmente la ciudad en el presente.

Salimos bien temprano porque agregamos dos cosas al programa.

Una gran amiga de Lucía nos hizo el contacto con Joseph, un señor que vive en Estambul, para que tengamos un amigo en la ciudad. Anoche hablamos con él y enseguida nos mando un voucher para tomar un baño turco en un hamman. Nosotros, como corresponde, lo invitamos a cenar. Se nos ocurrió en un barco de paseo. ¡Sera el día más largo del siglo!

Nuestro guía Lemi, que hoy tiene franco en la agencia de turismo donde trabaja, accedió a acompañarnos un rato por la mañana. Quedamos en encontrarnos a las nueve en la Plaza Taksim, en el centro de la parte moderna.

Llegamos en horario y Lemi ya estaba frente al lugar del encuentro: el monumento a Ataturk.

 

Nos saludamos y enseguida nos cuenta  que es un monumento de 1928 levantado en honor de Mustafá Kemal Atatürk, Se trata del héroe de la guerra de la independencia de Turquía, la que tuvo lugar después de la primera guerra mundial, cuando el imperio otomano era una entidad formal y el país se encontraba dominado por los potencias vencedoras. Él mismo fue el primer presidente y el propulsor de una constitución democrática y laica, con separación entre la religión y el estado. 

En el proceso de modernización, se reemplazó el alfabeto árabe por uno latinizado y se sancionó una ley que obligó a llevar un apellido a cada familia, permitió elegir los nombres y prohibió incluír títulos.

Nos dice que antiguamente en el lugar salían acueductos para toda la ciudad por eso el nombre de Taksim (distribuidora) y que aquí abajo está la estación central del Metro de Estambul, cuyo tramo bajo el túnel del Cuerno de Oro data de 1875 y fue el segundo metro del mundo.

Nos cuenta que la Mezquita que está junto a la plaza es nueva y se hizo en atención al creciente turismo árabe, que es de profunda fe musulmana.

Mientras la recorremos nos dice que Turquía, además de su comercio, ha progresado mucho en manufacturas y hoy fabrica autopartes y repuestos para gran cantidad de automotrices y arma rodados. Que también es muy importante la industria textil y la situación económica sigue mejorando.

-¿No les convendría entrar a la Unión Europea?, le pregunta Sofia.

-Bueno, en su momento se pidió y nunca se resolvió. Ya existe una aduana común por la cual la mercadería entra y sale sin impuestos. La entrada a la UE es difícil porque al tener Turquía mas habitantes que Alemania, le sacaría el liderazgo en cantidad de eurodiputados, lo que no le conviene, responde Lami.

2.-Ahora caminamos por una calle peatonal llena de comercios. Esta es la calle “İstiklal” o de la Independencia, nos dice. cuenta, Tiene unos 3 kilómetros y llega hasta la torre de Gálata en el barrio genovés. Los edificios son del siglo XIX. Agrega.

Mientras lo recorremos vemos muchos negocios de ropa, pastelerías y chocolaterías, así como locales de productos informáticos.


Nos llama la atención el modo en que se venden helados a los niños, ya que los vendedores están disfrazados y no los entregan en mano sino en la punta de unos palitos con los que les hacen fintas, como si fuera una sortija de calesita.


De repente suena cerca una bocina y un tranvía nos pasa muy cerca y muy rápido. Nos cuenta que es histórico y que no solo lo usan los turistas sino también los vecinos. Agrega que todo el transporte es público, barato y muy eficiente y se maneja con tarjetas prepagas.


Lo curioso es que los restaurantes y ciertos negocios exclusivos no están sobre la Istiklal sino en las calle laterales. Nos dice Lami que muchos tienen terrazas con vista al Bósforo. 

-Sabías Lemi que unas amigas me dijeron que era peligroso venir a Turquía, porque habían visto “Expreso de Medianoche” y el protagonista la pasa muy mal, dice Sofía mientras pasamos frente a un cine.

-Y entonces, por qué viniste, le pregunta Lemi.

-Porque ví la serie "Las mil y una noches", quedé encantada y quería ver la ciudad donde se había filmado.

-Si, a mi también me interesaba porque vi “El Sultán”, agrega Vicky.

-Bueno, lo que dicen le pasó a mucha gente. Expreso de Medianoche fue una película mentirosa en un 80% y hecha para desacreditar a Turquía en un momento de tensión con Estados Unidos. Cuando después la gente empezó a ver las películas y series turcas, como las que mencionaron, se dio cuenta que la realidad no era así y empezó mucho turismo para ver los lugares de la filmación, responde Lemi.

Ahora nos cruzamos con un grupo de mujeres todas vestidas de negro y con la cabeza tapada.

-Son turcas, pregunta Vicky.

-No, dice Lemi. Son turistas árabes. Aquí en Turquía las mujeres siguen menos las tradiciones y solo se suelen cubrir el cabello, pero con pañuelos de muchos colores, contesta Lemi.

-Pero entonces ¿las mujeres en Turquía son más liberales que las mujeres árabes, tienen más derechos?, pregunta Sofía.

-Si. Por lo pronto está prohibida la bigamia y existe el divorcio y la ley proclama iguales a los hombres y a las mujeres, dice Lemi.

-Bueno, esperemos que esa proclamación alguna vez se haga realidad, agrega Lucía

-Piensen que Turquía es el país islámico más liberal en las costumbres, y que se sigue occidentalizando, concluye Lemi.

Dicha esa frase, se despide de nosotros y continuamos por nuestra cuenta.

3.-Seguimos caminando hacia el sur por la calle Istiklal y empezamos a ver una hermosa torre medieval: es la Torre Gálata.



Sacamos la entrada y subimos. Nos entregan un folleto explicativo. La torre se construyó en 1348, como parte de la expansión de la colonia genovesa de Constantinopla, era el punto más alto de la ciudad y tiene mas de 60 metros de altura.

El ascensor va hasta el sexto piso. Al salir se ven los arcos profundos de la torre, con paredes de mas de tres metros de ancho, y un barco en miniatura como los de la época.

Un piso más arriba hay una maqueta tridimensional sobre toda la zona del Cuerno de Oro y del Bósforo que permite ubicar cada uno de los monumentos históricos y religiosos.



Vamos subiendo hasta llegar al último piso desde donde se contempla toda la ciudad antigua, el puente Gálata y el Cuerno de Oro. La visión es hermosa.

Luego de un rato vamos bajando a los pisos por unas escaleras muy estrechas e históricas, hechas adentro de los muros. En cada piso hay una exposición temática.

Llegamos a uno que evoca un relato de un viajero en 1630 sobre una persona que se fabricó dos alas, subió a la torre, se tiró y ayudado por el viento llegó hasta Üsküdar, al otro lado del Bósforo. Hay un hermoso simulador de ese viaje  y Vicky lo disfruta.



Bajamos, tomamos un te en el bar de enfrente y seguimos caminando hacia el Cuerno de Oro para encontrarnos con el Puente Gálata.

Es muy divertido. En la parte superior, además de las vías del metro y de carriles de autos de ambas manos, hay gran cantidad de pescadores a toda hora.



El nivel inferior, con sus pasarelas, está lleno de restaurantes. Lo curioso es que cuando uno está abajo ver descender las líneas, anzuelos y plomadas desde arriba y luego ve subir las líneas con los pescados atrapados. Todo un espectáculo.

También es muy curiosa tanta pasión por pescar y los pescaditos son chiquitos, del tamaño de un pejerrey.

4.-Ahora, ya comimos algo en el Puente Gálata y nos vamos a tomar el ferry para cruzar al lado asiático de Estambul, hacia una localidad que se llama Oskudar

El cruce es hermoso. El agua es turquesa, Hay todo tipo de embarcaciones navegando. Desde la popa se ve la ciudad histórica con toda su grandiosidad: la Mezquita Azul, Santa Sofía, las Murallas, los edificios.



La llegada a la otra costa también es hermosa.



Una vez que desembarcamos comprobamos que no hay mucho para ver o hacer. Nos llama la atención que hay pocos turistas y que todos son musulmanes, dados los atuendos. En el baño de un restaurante volemos a ver el antiguo "inodoro turco" que consiste en un agujero en el piso para hacer las necesidades de cuclillas. Nos llama la atención lo limpio que se mantienen los baños en toda Turquía, se ve que es un tema cultural.



Cuando tomamos el ferry de vuelta a Sultanahmet nos equivocamos y, en lugar de volver al punto de salida el barco, éste encara hacia el norte, hacia el puente intercontinental.

La equivocación fue muy buena porque pudimos recorrer el Bósforo de día y contemplar el Palacio Dolmabahce, el Palacio Ciragan y el lujoso hotel Kempinski, todos en la orilla.

También vimos de cerca el puente intercontinental con su enorme altura y majestuosidad. Es un puente colgante de cables y acero. 

 

Leemos en un folleto que se llama “Puente de los Mártires del 15 de Julio”, en homenaje a las personas que perdieron la vida resistiendo una tentativa de golpe de estado en 2016 y es el primero de tres puentes que hay sobre el Bósforo, con una longitud de  1560 mts.

El barrio donde bajamos se llama Besiktas y hay un cartel que dice que fue el sitio del gran Monasterio de Ayios Fokas. Hay hermosas casas, yates en el puerto y muy animados comercios.



5.-Terminada nuestra recorrida por el lugar, tomamos un taxi de vuelta a Sultanahmed  y hacemos una parada en la estación del Expreso de Oriente.



Un cartel dice: El Orient Express fue el nombre del servicio de tren de larga distancia que, en su mayor trayecto, cubría la ruta París - Estambul. Desde su inauguración en 1883 hasta su cese total en 2009, sufriendo varias interrupciones. En la década de 1930 alcanzó su auge máximo, con tres servicios atravesando Europa donde viajaban personalidades notorias. Uno de los servicios partía de Londres hasta la estación de Paris para empalmar el viaje.



Luego de admirar el lugar y sacar fotos entramos a tomar un café. El mozo, curiosamente, nos habla en español.

-Yo vi la película “Asesinato en el Expreso de Oriente” y debía ser este tren, dice Sofi en un momento.

-Seguro que el culpable era el mayordomo, dice Vicky.

Antes de que empiecen a pelear se oye una voz a nuestra espalda.

-En realidad fue otro el culpable según descubre el detective francés. Se trata de una novela policial de Agatha Christie que luego se llevó al cine. Lo interesante es que fue escrita por ella luego de realizar el viaje y aquí, en un hotel de Estambul, nos dice el mozo, que parece que sabe bastante del tema.

Nos quedamos callados admirando el lugar y pensando en mil historias. Por un rato todos soñamos con esos fantásticos viajes.

 

6.-De allí nos vamos a visitar el Bazar de las Especias o Bazar Egipcio.

Fue construido en el año 1664 y forma parte del complejo de la mezquita Yeni Camii, donde también hay un cementerio, dos fuentes y una escuela.

Si bien no es tan grande o importante como el gran Bazaar, es mas bonito y tiene las cosas mas ricas del mundo. Compramos algunas para cocinar en casa y para regalar a los amigos.



7.-Muy cerca, está el Baño Turco de Solyman, o el “Solyman Hammam”, que  Solimán el Magnífico mandó construir en 1557 por el famoso arquitecto turco Mimar Sinan.



La construcción es original y los espacios interiores son grandiosos. Lamentablemente, no dejan tomar fotos en la zona de baños sino solo en la antecámara.

Entramos con Lucía y las chicas a tomar un baño blandiendo el voucher de invitación de Joseph que, por suerte, es valedero.



Experimentamos, por primera vez en la vida, el baño turco que consiste en varios pasos durando todo una hora y media más o menos.

Primero te dan un gabinete donde tenés que dejar toda tu ropa, celular y efectos personales. Te dan unos suecos, un short o bikini, toallas y te hacen pasar al sector de calor.

Allí hay hermosas columnas, plataformas, música, luces, agua fría y caliente en los grifos y un temperatura bastante caliente que te hace transpirar.

Nos acostamos sobre las toallas y a cada rato vamos a los grifos a mojarnos.

Luego de unos 45 minutos, vienen unos señores para trabajar tu cuerpo: primero te echan agua fría. Después te pasan unas esponjas para exfoliar la piel. Luego te hacen poderosos masajes en todo el cuerpo. Después te lavan profundamente la piel y la cabeza.

Finalmente, se pasa a una sala de relajación donde sirven bebidas hasta que uno se recupere

Quedamos hechos lechuguitas y con ganas de ir a la cama, pero no vamos a poder.

 8.- Como es la última noche y lo acordamos con Joseph, vamos a ir a cenar a un barco que da un paseo nocturno por el Bósforo.

Hay turistas de todo el mundo y el salón está casi lleno. Encontramos a Joseph que se sienta en nuestra mesa.

Antes de la cena salimos a cubierta a contemplar el Bósforo de noche. El paseo es hermoso y el juego de luces sobre el mar te hipnotiza.


Durante la cena charlamos con Joseph, que tiene algo más de 70 años y es de origen sefaradí, sobre la vida en Estambul, las costumbres y la situación económica, política y religiosa.

No piensa lo mismo que Lemi, sino que siente que hay un proceso de peligrosa islamización activado por el presidente Erdogan. También piensa que el no ingreso de Turquía a la Unión Europea se debe a las restricciones a los derechos humanos, represión de las minorías kurdas y falta de reconocimiento del genocidio armenio.

Podemos comprobar que las visiones de Lemi y Joseph, a pesar de vivir en un mismo país, son muy distintas.

Luego de la cena hay varios shows. Primero un breve baile “Derviche” que es ceremonial y se vincula al "sufismo" islámico. Es una forma de entrar en trance y conectarse con la divinidad.

Luego hay números de música, baile y diversión. Nos llama la atención que la odalisca no baila encarando a los hombres sino solo frente a las mujeres.

-Puede ser que se va tomando conciencia de la necesidad de valorizar a la mujer y de darle un tratamiento igualitario, comenta Lucía. Joseph se mantiene en silencio.

Luego el salón se convierte en una pista de baile donde la música latina predomina.

9.-Ahora que estamos volviendo y vemos el puente intercontinental por última vez pienso en lo difícil y trágico que ha sido muchas veces el encuentro entre Oriente y Occidente, por sus diversos valores y visiones sobre el mundo y sobre el ser humano.

También creo en la necesidad de que entre ambos mundos haya mayores entendimientos y se puedan compartir prácticas y valores, sin que ninguno prevalezca sobre el otro.

Esta ciudad de Estambúl, donde primero prevaleció occidente, con los bizantinos, y luego oriente, con los otomanos, es un lugar ideal para el encuentro de ambos mundos.

¿Lo ha logrado la sociedad Turca, o al menos está en ese camino?

Parecería que no. Turquía se presenta a nuestros ojos como de identidad dividida, que trata de ser europea pero no lo suficiente y que no pertenece al mundo islámico pero aún es musulmana.

Sin duda que este es el lugar para seguir construyendo el necesario puente entre Oriente y Occidente. El puente físico ya está hecho. El puente espiritual todavía está en elaboración. Hacemos votos para que se logre.

Con la visión nocturna de ese puente intercontinental nos despedimos hasta el próximo viaje.









P.D.: Podés seguir otros episodios de este viaje y las crónicas de otros viajes en este mismo blog. Muchas gracias. 














Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Providencia