De Mendoza al "Parque Nacional El Leoncito" (1/6).




Hoy empezamos un nuevo viaje, esta vez por la Ruta 40 norte, saliendo de Mendoza para llegar a la Quiaca y luego bajar hasta Salta por la Ruta 9.
Somos Carlos, Dicky y yo, los mismos ex compañeros de Colegio que hicimos el año pasado el viaje anterior por la Ruta 40 sur (que podes ver en este mismo blog). 


1.-Visitando la Finca “Germen de Vida”.
Dejamos el aeropuerto de Mendoza y con una camioneta sub alquilada (Toyota Corolla Cross) nos vamos a almorzar frente al lago del Parque San Martín. Las hamburguesas est{an buenas pero nos salen carísimas, nos consuela pensar que es un momento difícil y nadie sabe cómo calcular los precios.
Luego de un rato de relax frente al lago, salimos hacia nuestra primera parada que es buscar una finca en Maipú donde tienen un sistema de cultivo ecológico que le interesa a Carlos, quien acaba de comprar una pequeña chacra en Cardales, cerca de Campana.
Llegamos a la hora convenida y no hay nadie. Tocamos bocina y al rato salen de la casa y nos atienden los dueños de la Finca, Daniel Lanthier y Estela Rios.
Son una pareja de edad madura, y nos cuentan que hace unos años dejaron la avicultura y su vida convencional y, después de hacer un curso especial, adoptaron con pasión esta nueva forma de vida ecológica donde dicen que hay un “despertar de la conciencia”. 





Ellos, desde el 2007 producen y venden aquí alimentos como aceite de oliva, aceitunas, mermeladas, persas y tomates secos. 
Aplican un sistema de “agricultura biodinámica”, que es un modelo de producción, sin pesticidas ni agroquímicos, un ambiente sano y una especie de medicina natural.
Su fundamento es una visión del mundo que implica una integración física y espiritual entre la tierra, las plantas, los animales y las personas. 
Nos dan a tomar unos tés naturales y nos convidan frutos secos.



Luego visitamos las instalaciones y compramos algunos productos en su despensa.


Nos llama la atención un “horno solar” para deshidratar las materias primas construído por ellos mismos. 


Antes de irnos, Daniel trae un cuaderno de apuntes y nos lee una poesía de su autoría. Nos emociona.

Nos vamos contentos, pensando que son un ejemplo de vida comprometida con los valores humanos y el cuidado del planeta.


2.-Noche en "Uspallata".

Ahora tomamos la camioneta y nos vamos para la Cordillera por la Ruta 7. El ascenso es hermoso y pasamos por las termas de  Cacheuta. Vemos el lago, donde antes estaba el camino y queremos acercarnos. Casi nos perdemos y seguimos viaje. 


En el camino vemos mucho "Glamping", que son carpas de lujo en medio de la nada.

Ya anocheciendo, llegamos al hotel "Pukará Inca", que está pasando un poco Uspallata y tomando la ruta 149. Es con una construcción minimalista y de estilo andino. Es un hotel chico, tipo boutique, con muy pocos pasajeros, donde cenamos y pasamos la noche.

Al otro día el amanecer es hermoso y salimos para San Juan hacia el norte por la Ruta 149.

En el camino pasamos por una de las rutas que hizo el Ejército de Los Andes en su cruce a Chile, marcado con siluetas alusivas que se destacan sobre el paisaje. Emociona.

Nos llama la atención que en el parabrisas del auto no hay ningún insecto pegado. Lo que es la falta de humedad!

3.-"El Leoncito": Observatorio Astronómico y Pampa.

Después de un rato llegamos al Parque Nacional El Leoncito, ya en San Juan. 
En la entrada nos atiende Mónica, una amable guarda parque que nos explica las cosas que se pueden hacer en el lugar y que existen dos observatorios para visitar, uno viejo y uno nuevo. Decidimos ir al nuevo.



El camino interno es muy lindo y luego de un rato divisamos el Observatorio que está todo pintado de blanco. Se denomina CASLO (Centro Astronómico el Leoncito) y está en un pequeño monte.



Entramos y nos recibe Amanda, que será nuestra guía para la visita. 
Nos cuenta que el emplazamiento en este lugar obedece a que el cielo nocturno es muy limpio y hay entre 270 y 300 días aprovechables por año.
Dentro del Observatorio hace mucho frío y nos explica que es a propósito para mantener la visibilidad y los equipos.
Nos cuenta que, salvo el Director, no hay astrónomos en el lugar sino que todos son ingenieros electrónicos. Ocurre que los astrónomos se comunican por la web, piden ver el cielo en ciertos momentos, y los ingenieros son los que hacen las conexiones. Se trabaja para investigadores del CONICET y para privados.




Mientras nos explica la historia y la parte técnica, vemos diversos instrumentos en una sala especialmente preparada.



Luego vamos subiendo hasta que llegamos al telescopio que es de tipo refractario, o sea que funciona como un espejo, y que tiene 2,15 mts. de diámetro siendo el mayor del país y el mas grande propiedad de un Estado en Latinoamérica en su tipo.
Nos cuenta que esta zona se eligió porque tiene


Al despedirnos vemos otros pequeños observatorios en la zona y nos cuenta Amanda que son de otros países, que los operan sin personal y solo en forma remota y que pagan un canon por ello.
Al salir, paramos en una proveeduría para tomar un café. Nos informan que el nombre de "Leoncito" no es por un león chiquito sino que viene del de la "Estancia El León", originado por la gran cantidad de pumas de la zona. Parece que en una escritura la estancia fue mencionada como establecimiento "El Leon "cito", en vez de "sito", y de ahí quedo el nombre en diminutivo. 
 Al salir un cartel da consejos sobre qué hacer si te encontrás con un puma en la zona (básicamente no correr y ponerse a gritar y a mover los brazos para que te respete). Esperemos no ocurra.



Dejamos el Parque Nacional El Leoncito con un sentimiento de orgullo por el telescopio y por su gente.

Volvemos al camino y, del lado de enfrente, está la famosa "Pampa del Leoncito" donde se corren carreras de vehículos a vela, dados los fuertes vientos que siempre corren. 
Pisamos el suelo y es como de un barro agrietado, será por eso que le dicen "barreal". Es como estar en un desierto. Lamentablemente no hay ningún rodado corriendo hoy.



4.-Otra vez en la Ruta.

Luego iniciamos un largo camino, por llanuras, curvas y montañas hasta El Chiflón, una localidad muy cercana al Valle de la Luna, nuestro próximo objetivo.
Durante el viaje nos pasó de todo. Tomamos la ruta 40 hasta Jachal, ciudad a la que no quisimos entrar a cargar nafta porque había que desviar 10kms. y pensamos que habría en el próximo lugar y al llegar a Huaco no había ni nafta ni gente para preguntar algo. Debimos volver a Jachal y lo hicimos por un camino muy lento, de cornisa, que era la antigua ruta 40. Era hermoso pero no podíamos apreciarlo por el fastidio. En fín. Luego nos sentimos perdidos y consultamos a un hachero, que iba en bicicleta.
Después de cargar nafta en Jáchal tomamos hacia el este la ruta 150 hacia El Chiflón y pasamos por una llanuras donde vimos la famosa "danza del viento".


Al caer la noche en la ruta atravesamos unos túneles y vamos sintiendo el pasaje del día a la noche varias veces seguidas. Es cautivador.




Vivimos un hermoso anochecer en el camino, lo que en la Ciudad difícilmente podemos apreciar.
Ya de noche llegamos al hotel "Posta Pueblo" de El Chiflon, que está en el límite entre San Juan y La Rioja.
El hotel nos recibe con una hermosa arquitectura que se asemeja a un pueblo mexicano.
Está lleno de motociclistas y atendido por una familia. Cenamos una rica milanesa, con verdura y queso y tomamos un torrontes seco "La puerta alta", de Chilecito, La Rioja. Muy bueno todo.
Nos vamos a dormir cansados y contentos.



Nota: Podés encontrar los otros relatos del mismo viaje, otros viajes, cuentos, reflexiones y crónicas en este mismo blog





 

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