En los "Esteros del Iberá", comenzando un nuevo viaje (1/4)
¡Un oso hormiguero!, grita Agustín nuestro guía, y señala unos arbustos.
Miro y veo una silueta oscura que en seguida se pierde en el verde follaje.
-Yo no lo ví, dice Carlos, ¿Cómo era?
Estamos en los Esteros del Iberá, en Colonia Pellegrini, en el centro de la Provincia de Corrientes. Habíamos salido a dar una vuelta a caballo por el campo cuando se produjo el avistaje. Carlos, que venía atrás no vio nada y se fastidió. Nuestro guía Agustín, una vez divisado el animal, trató de acercarse pero su caballo no obedeció la orden. Se ve que tuvo miedo.
Somos tres amigos, Carlos Ricardo y Eduardo, ex compañeros de Colegio, que ahora estamos haciendo un nuevo viaje. Esta vez es por el Noreste de Argentina y con un formato circular, saliendo y volviendo desde Puerto Iguazú y visitando algunos lugares interesantes de Misiones y de Corrientes.
Carlos, que es profesor en Estados Unidos y compró una chacra en el país, en este viaje está haciendo un curso acelerado de "gaucho". Dicky, por su lado, pasó por un accidente muy grave hace unos años y está en etapa de recuperación, pero aún tiene dificultades para caminar. En este viaje recorre con nosotros lo que antes transitaba en moto. Yo, por mi parte, busco nuevos conocimientos y sobre todo compartir y disfrutar de la amistad.
Llegamos a este hermoso y poco conocido lugar hoy a mediodía, luego de unas horas de viaje desde Posadas, donde hicimos noche ayer después de haber arribado en avión a Puerto Iguazú y alquilado un auto.
En Posadas nos encantó cenar anoche con mi prima Stella y ver la costanera iluminada, con el reflejo de las luces de la ciudad de Encarnación, de nuestro vecino Paraguay. También tomamos una copa con nuestro amigo Rubén López.
Esta mañana Carlos estuvo en Posadas buscando donde comprar algunas maderas especiales para mandar a Buenos Aries, dado su hobbie de carpintero, y dio con una maderera de la ex miss mundo de fitness Rosalía Dutra.
Sin embargo, la compra se frustró porque allí no vendían ese tipo de maderas y los otros negocios no tenían los papeles en regla para sacarlas de la Provincia.
-Voy a tener que comprar lo que pueda llevarme en el avión, balbuceó al salir desairado de los negocios.
Después vinimos para los Esteros por un camino que primero era pavimentado y luego fue de tierra y con algunas dificultades por los "huellones", que son restos elevados de piedritas entre los carriles.
Hay maquinas trabajando todo el tiempo sobre el camino para mantenerlo transitable.
La posada donde nos alojamos, Estancia Iberá, es muy linda y tiene una casa central, donde se almuerza y cena, y diversas cabañas para los huéspedes. Se dan charlas explicativas y se organizan caminatas, cabalgatas, safaris en camioneta y salidas en lancha por los Esteros.
Nos hablan de Tompkins, ese empresario y filántropo que donó las tierras donde hoy estamos.
Si, dice Dicky, y lamentablemente Douglas Tompkins murió por hipotermia en el lago Carreras, al sur de Chile, cuando se le dio vuelta el kayak.
-Una gran pena, pero su obra pudo ser continuada por su esposa, agrega Alberto.
-Menos mal, dice Carlos.
Al día siguiente a la mañana pasa de todo: lluvia torrencial, cortes de luz y apagones de internet.
Después de desayunar aprovechamos para que Verónica Sosa, que es guía de la Estancia, nos cuente sobre el lugar.
Nos dice que muchas especies que hoy vemos se encontraban extinguidas y que, junto con otros animales como el yaguarete y el oso hormiguero, fueron reintroducidas, trayéndolas desde “El Impenetrable”, Chaco.
-Si, nosotros vimos un oso hormiguero, dice Carlos.
-Si no lo veo no lo creo, dice Dicky.
Verónica sonríe y continúa diciendo que el proyecto fue liderado por el conservacionista Douglas Tompkins con el apoyo de la Provincia de Misiones y de Parques Nacionales.
Agrega que Tompkins, en el año 1997, compró tierras, las reforestó y repobló de animales, y poco a poco las fue cediendo al parque nacional.
-Si, de eso hablamos anoche, dice Carlos.
Verónica sigue con el relato:
Hoy son 1.300.000 Has.
protegidas en tres áreas, una reserva provincial, donde hay propietarios
privados que deben cumplir ciertas reglas, un parque provincial y un parque
nacional, donde son terrenos públicos bajo directa jurisdicción de las
autoridades conservacionistas.
El territorio tiene diez portales de acceso y cada uno solventa a los pueblos circundantes. Hay tres lagunas y una es la de Iberá, de la que estamos muy cerca.
Luego vamos a hacer una visita al pueblo, Colonia Pellegrini. Nos cuentan que lo fundó un gobernador admirador del presidente argentino.
A pesar de estar bajo la lluvia disfrutamos de vistas de la laguna y del puente militar de estructura móvil.
Después comenzamos a ver las casas con estilo campo, y llegamos a un lugar donde venden artesanías del lugar.
Luego vamos a un bar llamado "de los pájaros", muy bien decorado y muy acogedor, atendido por sus dueños. Nos cuentan que aquí se hacen bailes.
Al salir pasamos por la "calle peatonal", una rareza en un pueblo tan chico, que también tiene escuela primaria.
Luego visitamos dos casas de artesanos donde Carlos aprovechó para comprar pequeñas maderas que pudiera llevar en el avión.
Despúes almorzamos una típica comida regional.
Luego de una breve siesta, y dado que la lluvia paró, salimos hacia la laguna para un paseo en lancha por los esteros.
Embarcamos y vamos recorriendo los costados de la laguna, donde están los esteros, buscando animales. Como llovió y hace frio hay pocos.
Igualmente vemos algunos ciervos del pantano.
Mas adelante unos yacarés que solo asoman sus trompas y espaldas.
También vemos muchas aves, biguales y hermosos chajáz.
Te invito a ver un video sobre el paseo en lancha.
Volvemos y cuando se hace de noche salimos para un safari nocturno que solo podemos hacer por pavimento dado que está todo embarrado. Igualmente vemos una corzuela y algunas vizcachas.
Durante la cena volvemos a charlar con nuestros amigos ancianos, que se quedarán un par de días más.
Al día siguiente, antes de partir, debemos cargar nafta. No hay estaciones de servicio pero si venta de nafta en lugares privados. Compramos 10 litros para llegar tranquilos hasta Mercedes.
-De qué marca será la nafta?, pregunta Dicky
-Mejor no saber, contesta Carlos.
¡La necesidad tiene cara de hereje!
Luego, en el camino, entramos al "Rincón del Socorro", otro hospedaje que era de la familia Blaquier y luego fue de los Tomkins. Está a unos treinta kilómetros de distancia y se puede ver la casa donde vive la esposa cuando está en Argentina.
Nos habían recomendado ver la excepcional huerta y entramos para eso. Es hermosa.
Al momento de la despedida pasa delante nuestro un tapir, como si fuera el saludo final de la rica fauna de la zona.
Nos damos cuenta que durante nuestra estadía vimos de cerca gran cantidad de animales como ciervos del pantano, con grandes ornamentas, avestruces, carpinchos, tapires, corzuelas y todo tipo de aves.
Estamos agradecidos y nos quedamos pensando que todos deberíamos poder conocer un lugar como éste para tomar conciencia de la riqueza natural de nuestro país y de la necesidad de compartir el cuidado de los animales y la preocupación por el medio ambiente que existe en la cultura de la zona.
Ahora nos vamos rumbo a Yapeyú, a ver la casa natal de San Martín, pero esa será otra historia.
Nota: Podés encontrar los otros relatos, viajes, cuentos, reflexiones y crónicas en este mismo blog

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