Un sobre grande de color verde



-Por fin terminamos, le dice Laura a Marcos.

Ambos se miran fatigados pero con la satisfacción de la tarea cumplida.

Estuvieron todo el día trabajando codo a codo moviendo muebles y cargando bultos sin hacer diferencias entre Laura, que es la dueña de la inmobiliaria, y Marcos el vecino joven y fuerte contratado especialmente para hacer la carga.

Además, como la casa está en la playa y la camioneta en la costanera, tuvieron que subir y bajar mil veces la ancha escalera de madera que las comunica.

Ahora tanto la camioneta, como el volquete, están llenos hasta el tope y es hora de irse.

Es el atardecer de un día de sol y antes de partir hacia Tres Arroyos Laura decide echar una última mirada a la casa, que ha quedado vacía.

Desde lo alto ve brillar el color verde de sus paredes. La casa está construída de madera y clavada sobre pilotes en la arena, entre el mar y el murallón donde termina el pueblo. Tiene un techo redondeado de brea negra, puertas y ventanas de marco blanco y una extensa barandilla lateral color madera.

Laura conoce el lugar como la palma de su mano ya que ha veraneado en Claromecó durante toda su infancia y adolescencia. Con buen tiempo, es un paraíso por sus enormes y suaves playas, arena fina, grandes médanos, arroyo, faro, almejas, buena pesca, poca gente y un sol que sale y se pone en el mar.

Pero también sabe que cuando hay mal tiempo se convierte en un infierno. El viento sur sopla y hace volar la arena que se te mete en el pelo, en la boca y en la ropa, te pica las piernas, se te pega a la piel y te enceguece. Cuando hay temporal, el mar ruge y se pone negro y encrespado, con enormes olas que avanzan sobre la playa.

Un día de esos fue cuando Roberto, el dueño de la casa, apareció ahogado en la orilla, justo enfrente, según le contara Marcos mientras hacían la carga.

Nunca se supieron las circunstancias previas. Solo se sabía que se había separado hacía un tiempo dejando a su familia en Tres Arroyos, vivía solo, era un excelente nadador, le gustaba nadar de noche y de vez en cuando se lo había visto alcoholizado, sentado en un sillón mirando el mar. La policía conjeturó que la noche anterior, estando borracho, se había metido al mar a nadar y que se ahogó por culpa del temporal.

 

Esa mañana, Laura había llegado temprano con una orden muy clara: vaciar la casa y llevarse todo lo que pudiera ser vendido o, eventualmente, también aquello que pudiera tener algún valor para Alicia, la viuda.

Lo demás había que sacarlo a la puerta y colocarlo en un volquete para ser inmediatamente incinerado. La Municipalidad de Claromecó no permite dejar cosas abandonadas en la vía pública por más de 24 horas sin aplicar fuertes multas.

Además, los nuevos dueños quieren recibir la casa totalmente vacía y se mudan la semana próxima.

 

Laura acaba de entrar a la casa por última vez. Hay una gran biblioteca empotrada en la pared, con muchos estantes y cajones, a la que estuvo vaciando toda la mañana. De repente, abre un cajón semioculto, que no había visto antes, y encuentra un sobre grande de color verde

No resiste la tentación de abrirlo. En su interior, hay una gran foto de Roberto y Alicia abrazados en el barandal y mirando el mar, y una larga carta de arrepentimiento, amor y despedida.

Se pone a temblar. No sabe qué hacer. ¿Debería ir con la policía para que reabra la investigación de la muerte? ¿Debería llevársela a la viuda para que sepa la verdad?

 

Ahora la camioneta circula por la ruta con destino a Tres Arroyos. Atrás quedaron Claromecó, Marcos, la casa vacía en la playa y un contenedor para incineración en cuyo interior, cuidadosamente oculto, hay un sobre grande de color verde.

Comentarios

  1. De pronto, Laura detiene la camioneta y da vueltas hacia Claromecó. Maneja nerviosa pero decidida. Para la camioneta en la costanera y empieza a subir rápidamente la ancha escalera de madera. Llega a la casa, abre la puerta, toma el sobre verde, lo hace añicos y lo tira al mar.
    Sube a la camioneta y siente un gran alivio.

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  2. Despues de un gran amor como lo refleja la foto vino el olvido por parte de Alicia y Roberto no lo soportó y decidió terminar su vida justamente en el lugar donde se quisieron tanto....

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