Visitando "El Chaltén".
RUTA 40 SUR. 5/8
En nuestro quinto día de recorrido, salimos a la mañana de Gobernador
Gregores y llegamos por la tarde a El Chaltén y lo visitamos.
Amanecimos en Hotel Kaiken de Gobernador Gregores y salimos nuevamente
hacia la Ruta 40 con destino a El Chaltén, que está unos 300 kms. al sudoeste, con
una parte de camino no pavimentado. En la estación de servicio nos encontramos
con una pareja de un español y una chilena, que están haciendo un viaje de tres
meses por el cono sur, y que en un viejo Mercedes Benz se desplazan hacia el
norte. Ahora acaban de subir a bordo a dos jóvenes franceses muy simpáticos que
hablan español. También vemos a un grupo de motociclistas listos para partir.
En seguida de salir pasamos por un “Cenotafio” que recuerda a los caídos
con motivo de las huelgas de peones rurales de los años 1920 a 1922,
inmortalizadas en la película “La Patagonia Rebelde”. Algo vimos ayer en el pueblo.
El pavimento dura un rato largo y luego empieza el tramo no pavimentado, de
unos 50 kms., cuyo piso va variando de
tierra, arcilla, tosca y ripio, según la zona. Por suerte está transitable
cuidando un poco la velocidad y las piedras en los cruces de autos.
Nos vuelven a acompañar los guanacos que, en esta parte, son muy confianzudos
y se cruzan por la ruta todo el tiempo. En los costados hay grandes estancias y
se ven, muy de vez en cuando, vacas u ovejas. Durante mucho tiempo el camino
sube y baja pequeños montes casi sin vegetación o diversas mesetas.
De nuevo en la llanura vemos a nuestro oeste la cordillera azul y al este
los cerros marrones. En un momento encontramos al grupo de motociclistas parado,
reunidos en torno a una camioneta de apoyo. Están tomando café, comiendo algo y
contemplando a una manada de guanacos que los mira con igual interés. Los
saludamos y nos cuentan que son de un club de motos de Buenos Aires y que
salieron de Comodoro Rivadavia y tienen como destino a Ushuaia.
Seguimos viaje y, de repente, a nuestra derecho aparece el lago Cardiel,
que es muy lindo y tiene en su fondo a las montañas azules de la cordillera.
Por suerte, el camino está algo transitado y cuando nos aburrimos ponemos Radio
Nacional, nuestra única compañera en el éter.
Volvemos al pavimento y llegamos a la localidad de Tres Lagos, donde
debemos dejar la Ruta 40 y tomar la Ruta 41 hacia el Chaltén. Cerca del desvío
hay una construcción de arte contemporáneo muy extraña: un gran pez, con muchas
aletas y la boca abierta en señal de combate. Parece un acto de rebeldía de los
salmónidos contra los pescadores.
Ahora el camino apunta directo a la cordillera y se empiezan a ver más de cerca las grandes montañas azules, algunas totalmente blancas por la nieve. Es muy lindo. A nuestra izquierda aparece el Lago Viedma que es enorme y transparente.
Empezamos a distinguir, entre las siluetas, a la que estamos
buscando: la del monte Fitz Roy o Chaltén. Poco a poco se van agrandando los
perfiles ante nuestros ojos y paramos sucesivamente a sacar fotos. Estamos
contentos y excitados.
Después de un rato llegamos a la entrada del Parque Nacional Los Glaciares. Es una vista hermosa.
Mas adelante ya vemos de cerca al pueblo entre las montañas.
Unos metros antes de la entrada al pueblo visitamos del centro de
información de Parques Nacionales donde asesoran a los visitantes sobre los
senderos de treking y montañismo, sobre el clima, los refugios y las reglas en
la montaña. Los obligan a registrarse para controlar su regresos sanos y
salvos. Es muy interesante el lugar y tiene una maquetería de todas las
montañas. Hay jóvenes de todo el mundo pidiendo información y listos para
subir. Nos informan que hoy han visto un puma en la montaña y que es zona de
huemules, que están con peligro de extinción.
En el mismo lugar nos cuentan que “chaltén” significa “volcán” en lengua
tehuelche y que el nombre se origina en las nubes que siempre rodean a la
montaña que parecen humo. El monte se llama Fitz Roy, en homenaje que hizo el
Perito Moreno a quien fuera capitán del Beagle, barco con el que Darwin visitó
Argentina y dio la vuelta al mundo, ya que la familia de éste le facilitó mapas
de la zona explorada por su ascendiente al remontar al río Santa Cruz y
visualizar de lejos la montaña.
Por su lado, el pueblo del Chaltén es nuevo. Se fundó en 1986 con el objeto
de poblar la zona que estaba en litigio con Chile hasta el laudo arbitral de
1995 que se la dio a la Argentina. Al principio había solo empleados públicos
pero luego se fue llenando de migrantes de todo el país y hoy es la capital
nacional del trekking con cientos de senderos y refugios para recorrer.
Al salir nos encontramos con Matías, de Ituzaingó, que está haciendo un viaj de 5000 kms. por la ruta 3 hasta Ushuaia y volviendo por la cordillera con su Kombi Hulk y su perro Timy. Admirable.
El pueblo es pequeño, bonito y llano. Tiene dos calles importantes, la segunda y más
larga es la San Martín, donde están los comercios. Llama la atención que está encajonado y protegido por altas paredes de puro granito.
Almorzamos tarde y luego hacemos una visita hasta un punto turístico que se
llama el Chorrilo del Salto, a tres kilómetros. Muchos hacen el recorrido a
pié. Al llegar hay que caminar 500 metros y se llega a una alta y hermosa
cascada. Dicky lo pudo hacer. El lugar es hermoso y nos quedamos un rato
contemplando.
A la vuelta descansamos y luego cenamos en la parrilla “Patagonia Rebelde”,
un lugar témático de las huelgas y represiones de los años 1920/22, donde
comemos un cordero patagónico que era solo “testimonial”.
Al momento de irnos, llega un artista y empieza con su música. Nos cuenta que se llama Elira y que es un cantautor colombiano. Su música nos relaja luego de un día muy largo.
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