Frente al "Glaciar Perito Moreno".



 

RUTA 40 SUR. 7/8.

Amanecemos en el hotel “Blanca Patagonia” de Calafate. Hoy vamos a ver por primera vez al glaciar Perito Moreno y es un gran día. Sin embargo, si bien Calafate es la ciudad del Glaciar, lo cierto es que no están muy cerca. Hay una distancia de 80 kms. que se hace en algo más de una hora.

La ruta es al principio recta y se va bordeando al Lago Argentino que, a medida que avanzamos, aumenta de tamaño y mantiene un tono verdoso, casi esmeralda. Cada tanto está la entrada de alguna de las grandes estancias de la zona.

Después de un rato se llega a una bifurcación, donde para un lado se encuentra Punta Bandera, un puerto sobre el lago donde salen barcos de excursión, y para el otro el camino hacia el Glaciar. Hacemos una exploración hacia el puerto. 

Es lindo y hay un viejo barco fuera del agua. 

Luego retomamos el camino hacia el Glaciar. En el camino nos llama la atención un grupo de jóvenes, presumiblemente de un colegio, haciendo la ruta a pie y muy contentos.

Ahora vamos bordeando hacia el sur la península de Magallanes y vemos frente a nosotros la imponente sierra Buenos Aires. La vegetación es escasa y seca, y la sierra tiene un color marrón verdoso. Luego de una curva, vemos el nacimiento del otro extremo del Lago Argentino, el brazo sur y empezamos a borderlo. Nos sorprenden pedazos de hielo, bien blancos, flotando como si fueran icebergs. Son como un anticipo de lo que vamos a ver.

Al rato llegamos a la entrada del Parque Nacional los Glaciares donde hay que pagar un ticket. En seguida hay una cabaña para descansar y merendar que es “diurna”, porque el Parque tiene un horario y cierra a la noche.

Ahora el camino es serpenteado, entre bosques de Lengas y Ñires. Es muy lindo pero hay que andar despacio. Por momento se ve el lago y en otros solo la montaña. Después de un rato, que se hace largo, empezamos a ver el Glaciar a lo lejos. Es impactante. Hay un par de miradores donde paramos para hacer fotos. Luego llegamos a un punto intermedio, con restaurante y servicios, donde hay que dejar el auto en un estacionamiento y esperar unas combis que te llevan hasta la propia base de observación del Glaciar. En la combi conversamos con dos parejas de Olavarría, gente grande y muy simpática. 

Al bajar hay un plano del lugar y guías que nos dan instrucciones. Es el punto de partida para la visita caminando.

Hay un plano detallado y una a serie de pasarelas con escaleras descendentes que permiten irse acercando al Glaciar de frente o de costado, recorriendo los alrededores. Están clasificadas con colores según su grado de complejidad. El tema no es tanto poder bajar sino, desde abajo, poder subir las escaleras metálicas.

El ambiente es festivo y hay gente de todas las edades. Todos con sus equipos contra el frío e impermeables.

Elegimos un camino que no sea tan difícil y llegamos a un mirador techado y con reparo para el viento. El tiempo está cambiante y por momentos cae una fina llovizna, en otros sale el sol y, a veces, llueve con sol. Lo que molesta es el fuerte viento que da un poco de frío.

El Glaciar es como un ancho río de hielo, o de témpanos, que viene hacia el lago por un cauce entre montañas. Es muy alto, bien blanco y con tonos azulados que brillan fuerte al sol. Es muy hermoso y uno podría estarlo mirando sin pausa por mucho tiempo. Vale la pena cualquier esfuerzo para estar frente a él y contemplarlo.

Para mejor, por la llovizna reciente, hay un arco iris permanente que empieza en la montaña y termina en el Glaciar. Es muy hermoso.

Luego de estar un largo rato contemplando el Glaciar, volvemos a la base para almorzar y después tomamos el camino de vuelta hacia Calafate.

Unos 7 kms. antes de la ciudad encontramos nuestro siguiente destino: el “Glaciarium”. Se trata de un complejo privado con una función educativa sobre los hielos, los glaciales y el calentamiento global. Es un edificio blanco y moderno. 

Adentro hay una serie de salas temáticas con lindas infografías, maquetas, juegos interactivos, y proyecciones de películas. Hay también una maqueta sobre los glaciares patagónicos y una visita guiada cada hora. Está muy bien hecho y es muy instructivo.

Nos encantó la película sobre la vida del Perito Moreno y su obra como científico, como naturista y, principalmente, por su rol en definir los límites del tratado de 1881 entre Argentina y Chile. Además, inventó en nuestro país los Parques Nacionales donando tierras recibidas para hacer al Parque Nahuel Huapi.

De allí nos vamos a recorrer la costanera del Lago Argentino sobre Calafate.

Volvemos cansados al hotel. Descansamos un tiempo y nos vamos a cenar a “La Tablita” un cordero patagónico que esta vez fue excelente. Ahora nos sentimos bien sureños.


P.D. Podrás encontrar otros episodios de este viaje, otras crónicas, reflexiones y cuentos en este mismo blog.

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