Visitando los pueblos de Cinque Terre y mucho más (4/5).
Siguiendo nuestro viaje ya estamos en la Liguria, esa zona sur del norte de Italia que bordea al mar mediterráneo. Aquí hicimos parada en La Spezia, donde nos alojamos, y salimos a recorrer los cinco pueblos de Cinque Terre que son: Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernazza y Monterosso.
Luego enfilamos hacia Milán con dos paradas breves, una en Génova y otra en Pavía, en el pueblo de Pietra Di Giorgio.
1.-LLEGADA A LA SPEZIA.
Estamos llegando al anochecer a La Spezia, desde Pisa, y en seguida vemos como el paisaje y el camino cambian ya que en la Liguria hay muchas pequeñas montañas, puentes, curvas y túneles.
Si bien lo que queremos es visitar a los Cinque Terre, el lugar para establecerse es aquí, en La Spezia, ya que el mejor acceso a los pueblitos es por un tren local que para en todas las estaciones, con pocos minutos de diferencia, o por barco. Ambos medios de transporte salen de acá y estamos a dos cuadras de la terminal.
También existen rutas para ir en auto pero son muy estrechas y escarpadas.
Otros turistas hacen los tramos caminando, pero eso requiere voluntad, buen estado físico y más tiempo que el que disponemos.
Hemos también aquí contratado un departamento por Airbnb y el acceso es algo complicado ya que se encuentra en una calle peatonal y no podemos entrar con el auto. Paramos a una cuadra y cargamos las valijas. Al llegar no hay rastros del hospedador. Al rato llega una pareja que debe primero limpiar al departamento, así que tenemos que seguir esperando. Por suerte hay una pizzería al lado. Eso sí, para esperar nos exigen comer pizza. En fin, lo hacemos forzados.
Cuando podemos al fin subir advertimos que son cinco pisos por escalera y que es un edificio antiguo de veinte escalones por piso, o sea, cien escalones ¡Esto es peor que la torre de Pisa!
Además, para que cupieran en el baúl del auto que alquilamos, trajimos solo dos valijas grandes con la ropa de todos y ahora debo subir la valija mas grande que ya pesa 36 kilos. En fin, un esfuerzo que por suerte no tuvo consecuencias.
El departamento está en el tope del edificio y tiene muy buena terraza, buena luz y hermosa vista a la calle peatonal de la Ciudad.
El único problema es que un cuarto no tiene aire acondicionado sino una especie de ventilador, lo que no figuraba en el prospecto y es un crimen imperdonable en el verano europeo.
Es tarde y para dejar el auto en una cochera por estas tres noches tenemos que ir a un garage que está del otro lado de la ciudad atravesando la montaña por zonas algo turbias a esta hora. Toda una experiencia que, por suerte, no tuvo consecuencias.
2.-CORNIGLIA.
Al día siguiente vamos a tomar el tren y sacamos los pasajes de subida y bajada sin límites.
Nos enteramos que este territorio de las "Cinco Tierras", que comprende unos 10 kms. de costa y hoy es un Parque Nacional y Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO, encierra un gran trabajo humano sobre la tierra, a través de los siglos, cultivando viñedos y olivares.
Decidimos no empezar por el primer pueblo, que es Riomaggiore, sino seguir hasta el tercero, que se llama Corniglio.
El viaje en tren es todo el tiempo dentro de túneles y, de golpe, nos sorprende el mar azul muy cerca de las vías. Es hermoso. Luego de pasar por alto las estaciones de Riomaggiore y Manaraso llegamos a Corniglio.
Es el único pueblo que no tiene embarcadero sino que está todo elevado sobre un risco. Hay un bus que te sube desde el nivel del tren, abajo, hasta el pueblo. Por suerte pudimos subir entre la ola de turistas.
En seguida estamos arriba. El pueblo es hermoso, bien medieval, con callecitas donde hay muchas flores, colores, bares y negocios.
El camino remata en el mar donde hay hermosos vistas desde lo alto. Se ven algunas murallas construídas para defenderse de los piratas.
VIDEO:
Vamos de paso a visitar la iglesia de San Pedro, que data de 1267. Tiene un ciervo que es el símbolo del pueblo, y estatuas de madera de los cuatro evangelistas. Es encantadora.
Después tomamos algo y nos disponemos a visitar otro pueblo.
2.-MANAROLA.
Este segundo pueblo está sobre el mar y tiene un pequeño puerto y una pequeña playa. Como todo aquí la playa es de piedra y muy estrecha y el mar no tiene olas.
Damos una vuelta muy linda y luego paramos para almorzar.
Tomamos un helado y seguimos nuestro viaje.
3.-VERNAZZA.
Este pueblo es un poco más grande que los anteriores y tiene una playita. Es la tarde y está atestado de turistas que caminan en todas direcciones.
Vamos hasta el mar y nos sentimos como atrapados con mucho calor.
Decidimos irnos al lugar de mas playa para meternos en el mar, o sea a Monterosso.
4.-MONTEROSSO.
La estación de tren está sobre una playa y vamos en seguida a alquilar una sombrilla, reposeras y a meternos en el mar.
El agua nos despeja y refresca. Nos quedamos un rato largo hasta la tarde.
Cuando estamos pasando el túnel peatonal para tomar el tren en el otro binario de la estación, alguien le arrebata la billetera a Lucía y sale corriendo. Todos lo corremos sin alcanzarlo. Es un momento horrible. Tenía dinero y las tarjetas de crédito. Quedamos un rato estupefactos. Luego hacemos llamados para cancelar las tarjetas de inmediato.
Regresamos con un sabor amargo, por la inseguridad y por las limitaciones que el robo impone al viaje. En fin. Por suerte nos queda dinero y los pasaportes están en el departamento.
Esa noche salimos a despejarnos, caminamos por la peatonal y comimos en un buen lugar.
5.-PASEO EN BARCO POR CINQUE TERRE.
Al día siguiente amanece con mal tiempo, lo que no es tan malo ya que baja la temperatura. Queremos hacer los visitas en barco y nos vamos para el puerto, que está a unas diez cuadras. Allí enganchamos justo un barco grande que está por salir. Nos dicen que no van a hacer las paradas previstas por el mal tiempo pero que van a Monterosso. Subimos.
Vemos a La Spezia desde el mar y comprendemos que es, sobre todo, un enorme puerto. También está aquí la base naval de la armada italiana y podemos ver algunos barcos de guerra.
Afortunadamente el tiempo está mejorando aunque el mar sigue picado.
Al poco tiempo pasamos por Portovenere, un pueblo costero muy cerca de La Spezia, en la punta de su bahía, con una hermosa fortaleza.
Seguimos navegando y hacemos una parada en Riomaggiore y bajan cuatro pasajeros pero luego el capitá suspende la bajada porque el barco se mueve mucho.
Seguimos a bordo disfrutando, ahora, del sol y contemplando los pueblos desde el mar en una vista que es mejor que la de tierra.
La vista de Vernazza desde el mar es insuperable.
Después de una hora y pico de navegación total llegamos a Monterosso y bajamos.
El puerto está al este de la estación de tren en una zona que no habíamos visto ayer y que es mucho mas linda.
Paseamos por las calles del centro, hacemos compras y visitamos la iglesia de San Juan Bautista, con su hermoso exterior y precioso interior.
Al lado de la iglesia está la sede de una cofradía de "Muerte y Oración". Entramos por curiosidad y es muy oscuro todo.
Después subimos hasta un peñón donde hay un restaurante, "Aurora", y almorzamos con vista al mar. Es hermoso.
Luego nos vamos a la playa, pagamos por cuatro pero nos dan una sola sombrilla y tres reposeras. No hay forma de reclamar porque la letra chica del ticket lo dice. ¡pobres consumidores!
La pasamos muy lindo en la playa yendo al mar y contemplando la tarde.
A la vuelta vamos a cenar a un restaurante que tiene música en vivo y Lucía se pone a bailar, me arrastra y luego hace bailar a otra gente. Un momento hermoso.
6.-PASANDO POR GÉNOVA.
A la mañana siguiente salimos con el auto para Milán y se nos ocurre ir por la autopista que pasa por Génova de modo de, al menos, estar un rato en esa ciudad que no conocemos.
La ruta es la típica de Liguria con paisajes de montaña, curvas y túneles.
Llegamos bien y vamos buscando el centro. Nos cuesta encontrar un garaje y luego salimos a caminar.
Caminamos un rato hasta una hermosa plaza: Raffaele de Ferrari, donde hay una fuente impresionante frente al palacio de la Bolsa de Comercio.
Pasamos por una galería muy lujosa al estilo de la Vittorio Emmanuel de Milán.
Caminamos por la calle peatonal principal hasta la Piazza Giacomo Matteotti y observamos un muro contra la violencia de género que resulta conmovedor.
Luego visitamos la Catedral de San Lorenzo, que es muy linda por fuera y por dentro.
Damos una vuelta y almorzamos el plato típico: focaccia y pesto. Esta bueno, pero para nosotros fue un aperitivo. Luego nos comimos una buena pizza.
Después nos vamos a visitar la casa de Cristóbal Colón, que está en la zona medieval.
La casa es pequeña y está reconstruída sobre los cimientos y conforme con los planos del lugar original. Allí está relatada su biografía, que es muy interesante. Sentimos que tocamos la historia.
Saliendo de la ciudad pasamos frente al puerto, que es enorme, y nos emociona pensar que, desde allí, partieron nuestros ancestros con miedo y emociones hacia América.
Volvemos a al autopista, ahora hacia el norte, hacia Milán, pero con una parada previa cerca de Pavía, en Pietra Di Giorgi, para ver los pasos de otro bisabuelo.
7.-EN PIETRA DI GIORGI BUSCANDO LA HISTORIA DE OTRO BISABUELO: "SERAFINO PONZINIBBIO"
Vamos hacia Pietra Di Giorgi. A medida que avanzamos hacia el norte cambia el paisaje y lo que antes eran montañas ahora son verdes colinas y campos sembrados.
También se observan hermosos viñedos en diversas terrazas y terraplenes.
El waze nos va guiando hacia Pietra Di Giorgi, el pueblo donde según la partida de nacimiento extendida por la Comuna nación mi otro bisabuelo italiano Seráfín Ponzinibbio. No tengo otros datos.
También aquí vamos subiendo en la montaña con curvas y contracurvas. Por suerte sin inconvenientes.
Al llegar al pueblo buscamos un lugar mas ancho para dejar el auto. Frente al estacionamiento hay una señora sentada en una silla en la vereda, Elena. Le pregunto por Ponzinibbio y dice que lo conoció y que su casa está mas arriba. Nos emociona. Charlamos un rato con ella que es de Milán, está de vacaciones en la casa que era de su padre y es admiradora del Che Guevara. Tiene 71 años y quedamos conectados para IADELA.
Seguimos caminando hacia arriba y llegamos a la Comuna que está cerrada. Vemos placas de homenaje a los mártires del pueblo de la Primera Guerra Mundial. También homenajes a los partisanos asesinados por los nazis en la Segunda.
Pasamos por el castillo del lugar (todo pueblo tiene uno), y su dueño, Mateo, nos dice que no conoce a los Ponzinibbio pero nos invita a pasar. Nos hace una visita guiada al castillo que el mismo refaccionó y decoró ya que es un marchant de arte. En un momento nos muestra la roca sobre la que está el castillo y nos dice que es una piedra con energía especial que hace bondadosa a la gente. Una linda noticia.
VIDEO:
Seguimos buscando la casa de Ponzinibbio y vemos a un anciano, Vittorio, que la conoce y nos lleva hasta ella. Es muy emocionante verla. La casa está cerrada, vivía Hermeto Ponzinibbio (¿un hermano de mi bisabuelo?), luego se la vendió a un argentino y luego este la abandonó, que es su estado actual.
La casa es hermosa, tiene dos plantas, una huerta y un gran balcón hacia el valle.
Después Vittorio nos invita a conocer su propia casa, que está muy cerca y nos muestra sus colecciones de fósiles y de botellas de vino (era el presidente de la cámara viñatera local). Es comunista y nos muestra fotos de su participación en un congreso mundial, de partisanos y del Che Guevara. Nos despedimos contentos de haber visto y tocado la casa.
Ahora nuestro destino es Milán, pero esa será otra historia.
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