Dresde y luego Berlín, la ciudad de "la guerra fría" (5/5)







Hoy hacemos el último tramo de nuestro viaje por "Capitales Imperiales". Ya hemos estado en Viena, capital de Austria, en Budapest, capital de Hungría y en Praga, capital de Chequia, habiendo visto también Bratislava, la capital de Eslovaquia. Antes habíamos estado por nuestra cuenta en Venecia.
Salimos temprano para ir de Praga a Berlín.
En pocas horas dejamos a la República Checa y entramos a Alemania, donde vuelve a regir el Euro.
Ya en Alemania tenemos prevista una parada en Dresde, en el Estado de Sajonia.

PASANDO POR DRESDE

Es una ciudad que fue totalmente destruída por un bombardeo inglés al final de la segunda guerra mundial, donde fueron carbonizadas con fósforo 100.000 personas en un rato (“Operación Gomorra”). 
Hoy se encuentra totalmente reconstruída en su forma original y pueden verse los majestuosos edificios de la época de Augusto el Fuerte, a mediados del siglo XVIII, y la estatua ecuestre de otro rey muy culto pero que nunca cabalgó: Juan de Sajonia, nos cuenta el guía.



La recorremos caminando. Hay elegantes carruajes en la calle, entre los Palacios e Iglesias. Es un pueblo muy culto que a pesar de la destrucción de su ciudad, la reconstruyó y siguió adelante con sus tradiciones. Admirable!!!




Ahora llegamos hasta "La Ronda”, una plaza de fiestas rodeada de pabellones temáticos, creada por el rey de Sajonia Augusto el Fuerte en 1745. Se destacan los faunos y las campanillas de porcelana. Un lugar único!!!



Entramos ahora a la iglesia luterana de "Nuestra Señora". Es un caso singular porque hay estatuas bíblicas, raras en un templo protestante. También es rara su consagración a la Virgen María cuya imágen no aparece dentro del templo. Además, dirige la lectura una mujer. Notable!!!



Luego de almorzar en el lugar, subimos a nuestro micro y nos vamos directo para Berlín.



BERLIN

Mientras vamos llegando a la ciudad, nos cuenta el guía que es una ciudad nueva comparada con otras capitales europeas ya que data del año 1237. Es una ciudad muy extendida con casi 40 kms. de ancho. Es una ciudad muy verde, con un gigantesco parque en su centro que era el coto de caza de los monarcas. Es una ciudad con ríos y canales navegables, a los que vemos llenos de turistas, que tiene más puentes que Venecia. Es la menos alemana de las ciudades alemanas, por su pasión por la música, el alcohol, los espectáculos, la vida nocturna, lo “latino”, la bohemia, la tolerancia, la transgresión y los cabarets, siendo su período de oro entre 1920 y 1933 (comienzo del nazismo), donde se congregaron artistas e intelectuales de todo el mundo.
Nosotros ya estuvimos en Berlín, cuando hicimos el Crucero por el Mar Báltico, pero fueron apenas unas horas (ver la crónica en este blog). En este viaje ampliaremos la experiencia porque estaremos un poco más.

Nos dejan en el hotel. Salimos a caminar. Encontramos una iglesia semidestruída que no se reconstruyó para dejar testimonio de los bombardeos.


A la noche nos tomamos un taxi hasta la Alexanderplatz, que es el centro neurálgico de la ciudad, pero nos encontramos que a la noche está todo apagado, salvo la torre gigante. Un gran fiasco. Por suerte en una calle cercana encontramos un lindo lugar para cenar, donde había un show musical,  y pudimos volver sin contratiempos.

Al otro día nos buscan en el micro para hacer un city tour.
En primer lugar vamos a la Gendarmenmarkt (plaza de los gendarmes) que es la plaza más linda de Berlín. Aquí estuvieron las caballerizas de Federico Guillermo I, nos dice Tomas. Hoy hay un elegante teatro, en refacciones, y dos catedrales que lo flanquean, al norte la alemana y la sur la francesa, preciosas, monumentales, con su estilo neoclásico. En el centro de la plaza el monumento a Schiller. Es el gran poeta romántico alemán, luego de Goethe, autor de la historia de Guillermo Tell. 




Luego visitamos a un lugar donde fusilaron a los que atentaron contra Hitler en la "Operación Valquiria", dirigido por el conde Claus von Stauffenberg del 20 de julio de 1944 para frenar la guerra. Está todo bien ilustrado en la película homónima. También nos cuenta Tomás que los jefes militares alemanes, que eran nobles, consideraban a Hitler un plebeyo y lo aborrecían, y que hubo 18 atentados registrados contra éste y que en muchos se salvó por pura casualidad, como en Valquiria.




Mas tarde tomamos un paseo en barco por el Río Spree. Los puentes son muy bajos y hay que agacharse en algunos. Se visualiza la ciudad desde otro lado, contemplando lo posmoderno, lo moderno y lo antiguo. Muy relajado!!!!
Cuando pasamos por la Isla de los Museos la vista es grandiosa. Nos cuenta Tomas que tiene cuatro museos donde se destaca el Museo Nuevo que contiene el busto de Nefertiti. Muy cerca está la Opera estatal, que dirige nuestro compatriota Daniel Boreinbom. Vemos desde el barco distintos edificios públicos, la mayoría reconstruidos, donde predomina la arquitectura neoclásica, con columnas griegas, bóvedas romanas y elementos barrocos.  


Hay algunos puentes que son muy bajos y los pasajeros tenemos literalmente que agacharnos para no chocar. 
Vicky y Sofi aprovechan y juegan con un sombrero a ver si toca el puente.



Ahora bajamos en una esquina donde estaba el “Check Point Charlie”, un punto del muro que era el único paso entre el sector americano y el sector oriental. Lo recuerdan un cartel y un museo que muestra la historia del muro. Hoy no es más que el cruce de dos calles pero hay aquí, en la vereda, un puesto de guardia con banderas norteamericanas donde es de rigor tomarse una foto transponiéndolo. También se han dejado los carteles que advertían sobre el paso de cada lado. Nos cuenta Tomás que era el paso de los diplomáticos, militares y extranjeros de un punto a otro. Por aquí saltó la valla y se escapó a occidente un guardia oriental, Conrad Schumann, en un descuido de sus superiores dando lugar a una foto que dio vuelta al mundo. 


También nos comenta que en octubre de 1961 casi comienza en este punto la tercera guerra mundial cuando, por restricciones de paso a militares aliados, hubo una grave discusión y tanques soviéticos y estadounidenses se enfrentaron, cargados con munición pesada, separados por unos metros. Si bien los berlineses querían dar pelea, la cosa no pasó a mayores por la cordura de los líderes rusos y americanos. Hay una foto que recuerda el episodio.


Luego subimos al ómnibus y vamos a ver algunos restos que quedan del Muro de Berlín. Se construyó en forma sorpresiva y en la noche del 13 de agosto de 1961 por el gobierno oriental, pro-soviético. Primero fue de alambre de púas, luego de cemento y finalmente era un complejo sistema de seguridad que incluía, entre dos paredes, una zona de la muerte. Cayó en 1989 y dio termino a la guerra fría. 
Como recuerdo en toda la ciudad hay en el piso una línea doble de adoquines que marca el lugar por donde pasaba el muro y todavía un pequeño sector se conserva como testimonio de la represión comunista que, además, se llevó muchas vidas en intentos de sortearlo. Ha sido intervenido por artistas con diversos mensajes. 



Se destacan el beso de Brezhnev y  Honecker, secretario del partido comunista de Alemania oriental, y las palomas de la paz.
-¿Eran una pareja gay la que se besaba?, pregunta Vicky.
-Noo, era una forma que tenía Brezhnev de controlar a los líderes subordinados de la URSS, contesta Sofi.
-Que horrible!!!





Terminando la visita de la mañana vamos a la Puerta de Brandemburgo, que es el símbolo de la ciudad. Es una puerta triunfal, al puro estilo griego clásico, inspirada en el Partenón de Atenas, con seis columnas dóricas coronados con un entablamento antiguo y rematado por la cuadriga de la Victoria (Atenea Nike). A esta puerta llegó Napoleón victorioso, la desmontó y se la llevó a Paris. Luego fue devuelta en 1814. También aquí Hitler hizo su famosa marcha de antorchas el 30 de enero de 1933 y se tomó como símbolo del nazismo. A su frente pasaba el muro de Berlín. Hoy es un paseo de berlineses y turistas. Es un lugar emocionante.


Nos despedimos de dos amigos del tour que no hacen la excursión opcional de la tarde. Son Nancy y Ruben, de Lanus. Compartimos muy lindos momentos con ellos y los vamos a extrañar.





VISITA A POTSDAM

Por la tarde hacemos una excursión a Potsdam, que es una villa real pegada a Berlín.
Aquí todo es señorial y relajado. Vemos turistas en el típico paseo en carro.


Empezamos visitando el “Puente de los espías”, en el límite entre Berlín y Potsdam. Aquí, en la frontera entre el sector occidental y la Alemania del este, se intercambiaron espías durante la guerra fría. El caso más famoso fue el de un piloto norteamericano de un avión U2 derribado en Rusia que se canjeó por un espía soviético que cumplía condena en EEUU.


Después vamos al Cecilienhof, que es un hermoso palacio convertido en museo.





Los salones están ilustrados con los personajes que intervinieron en las negociaciones del Tratado de 1945 entre EEUU, Inglaterra y Rusia donde después de la guerra se dividieron el mundo y se dio inicio a la “Guerra Fría.



Ahora vemos la mesa donde se firmó. Dicen que Stalin aprovechó la inexperiencia de Truman y la salida de Churchill para lograr sus objetivos, entre otros, retener Checoslovaquia.  Nos sentimos transportados y que estamos "tocando la historia".




Ahora seguimos camino y llegamos al Palacio de San Souci, construído en 1747 por Federico el Grande.
El palacio es de un hermoso barroco francés.
-Qué quiere decir "San Souci", pregunta Vicky.
-"Sin apuro, sin prisa, relajado", contesta Tomás.
-Bueno, nada que ver con este viaje donde no paramos nunca, contesta Sofi.





Los jardines están en un plano inclinado para que las plantas reciban el agua y la luz del sol, lo que les da una perspectiva inigualable.




Además de los enormes jardines y del frente del palacio, se ve a un costado la tumba de Federico el Grande cubierta de papas, en homenaje a que él obligo a sembrarlas para combatir la hambruna. En un costado vemos las aspas de un molino histórico. Nos cuenta el guía que su dueño, que se negó a ser desalojado, ganó el primer juicio de la historia contra un rey  pudo quedarse. 
Hermoso lugar y linda historia!!!

Después de ver tantos horrores en Berlín, la visita al San Soucí nos reconcilia con la belleza y la bondad del mundo. Es un buen broche de oro.

Termina la excursión y llega el momento de la despedida. Tenemos esa ambivalencia entre la tristeza del final de algo lindo y la alegría de volver a casa.
Sea como sea, la experiencia de haber hecho en grupo el tour de "Capitales Imperiales" fue tan enriquecedora como imborrable.
Hacemos la foto final con parte del grupo: los colombianos, los salvadoreños y unos pocos argentinos, ya que algunos no hicieron esta última excursión que era opcional.

¡Hasta la próxima aventura!





Podés encontrar los otros relatos del mismo viaje, otros viajes, cuentos, reflexiones y crónicas en este mismo blog



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Providencia