En las islas griegas recorriendo Mykonos y visitando Éfeso.
Julio de 2016: me encuentro en Grecia, a punto de iniciar un crucero de una semana por las islas del Egeo. He decidido viajar siguiendo el camino de Ulises y evocando sus experiencias.
Los invito a acompañarme leyendo estas breves crónicas.
Elegí a Ulises porque es un personaje de la mitología griega que actúa tanto en la Ilíada como en la Odisea, los dos grandes poemas de Homero.
La Ilíada se llama así por Troya, ciudad del Asia Menor también llamada Ilión. El relato comprende los diez años de la guerra de Troya, que al final ganaron los griegos gracias al Caballo de Troya inventado por Ulises.
En la guerra los dioses ayudaban, unos a los griegos y otros a los troyanos.
Cuando viajes a Grecia y recorras las islas del mar Egeo permití al espíritu de Ulises que se apodere de vos y empezá a ver las maravillas que encontrarás con la magia de sus ojos.
Primer puerto: Mykonos
En el primer día de su viaje Ulises, luego de navegar cinco horas desde el puerto de Atenas, llegose a la isla de Mykonos, que integra el grupo de islas Cíclades.
La isla tomó el nombre del dios Mykonos, hijo de Apolo, el dios del sol, las artes, la luz y la belleza.
¿Porqué es especial?: porque es una isla donde todo el tiempo hay sol (3.000 horas por año) y donde existen solo tres colores:
El blanco (cielo y paredes de las casa), el azul (mar, puertas, ventanas y techos) y el gris (rocas y todo lo demás).
Habitada primero por egipcios y fenicios, luego lo fue por jonios y otros griegos. Pasó después por diversas dominaciones: los bizantinos, los venecianos, los piratas (incluyendo a Barbarroja), los turcos y los rusos, hasta su pertenencia actual a la moderna Republica Griega.
Tierra árida, al principio se valorizó su minería y luego se desarrollaron algunas industrias de algodón, lana, pan y molienda, como así también una apreciada vinería.
A partir del los 50 se descubre su enorme belleza y comienza poco a poco la industria turística. Hoy es un lugar exclusivo de turismo en Europa que sobresale por su belleza, luminosidad, calidad, ausencia de prejuicios y sofisticación.
Entre sus cosas lindas se destacan la blanca iglesia "Paraportiani"
las casas sobre el mar de su "Venecia"
y el simpático Petros, el pelícano mito, leyenda y mascota oficial de la isla hace muchos años.
Luego de una tarde recorriendo en familia angostas callecitas, luminosas tiendas y pequeñas iglesias, una experiencia para no olvidar fue ver la puesta del sol sobre el mar, sentados en una buena mesa, saboreando una copa de vino mientras sonaba música griega de fondo.
Ulises dice que ¡vale la pena visitar Mykonos!
Efeso: Ulises en el país de los Jónicos
En el segundo día de su viaje Ulises fue a la zona de Jonia en el Asia Menor. Ubicada en la orilla este del mar Egeo está cargada de historia y filosofía.
Buscó el puerto de Efeso para descubrir que ya no existía porque el mar se había retirado varios kilómetros y tuvo que desembarcar en el Kusadasi, importante y bella ciudad turística de lo que hoy es Turquía.
Cuando llegó al puerto se encontró con un jóven que le contó muchas cosas de la zona: le dijo que al norte, en Ízmir, había nacido el poeta Homero, autor de la Ilíada y de la Odisea, aventuras que el verdadero Ulises había protagonizado.
Le contó que al sur, en la ciudad de Mileto, el primer filósofo, Tales, había iniciado la filosofía investigando sobre el principio de todas las cosas, que para él era el agua; de esa ciudad también era Pitágoras.
Luego Ulises fue por tierra a Efeso donde había vivido Heráclito, quien sostenía que todo está en cambio continuo pero que hay armonía en los opuestos. A esa idea en su momento se había opuesto desde Elea (hoy Italia) Parménides sosteniendo la importancia del "ser" y que "la única verdad es la realidad".
Le contaron que en Efeso vivió el apóstol San Juan y que allí escribió su evangelio. También vivió la virgen María, cuya casa pudo visitar muy cerca en el monte Coressos.
En esa misma ciudad de Éfeso habían pasado su luna de miel Marco Antonio y Cleopatra.
Ulises pudo encontrar en Efeso las increíbles ruinas recuperadas de una ciudad fundada por los jonios, que luego fue conquistada por los persas, después por Alejandro Magno y posteriormente por los romanos que le dieron su mayor esplendor, culminando con el magnífico Templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo.
Luego la ciudad decayó, a pesar del Concilio Ecuménico del siglo V, al aluvionarse su río de acceso y fue abandonada.
Ulises pudo recorrer las ruinas, testimonio de tanta grandeza de otrora, como verdadero museo al aire libre donde se destaca el anfiteatro más grande del mundo en su época, con capacidad para 25.000 personas. Aquí intentó San Pablo cristianizar a los efesios y fue duramente rechazado dando lugar a la expresión "ad efesio" (lo que se hace con buenas intenciones y sale mal).
Encontró en su camino un relieve con un angel: Niké, diosa alada de la Victoria (cuyo nombre tomó la marca deportiva) y en la biblioteca de Celsius una estatua de Sofía, diosa de la sabiduría. Lo acompañaban sus dos hijas, Sofía y Victoria, que quedaron muy complacidas.
Es que, por momentos, la antigüedad nos puede convertir en dioses! y en eso pensaba mientras la nave abandonaba Efeso navegando hacia la siempre maravillosa puesta del sol.
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